martes, 10 de agosto de 2010

Crítica de VuenosAirez

Egocentrismo a la luz del Sol

Parásitos






Parásitos es una obra signada por el patetismo dramático y la bizarra comedia que se ríe de las miserias que subyacen en las relaciones humanas.
Desde una puesta atravesada por una atmósfera “verde marina” podemos ver en primer plano parejas que se necesitan uno al otro para justificar su sentido de existencia en la tierra.
Preocupándose por su habitante interno o huésped, se funda la relación de necesitar de otro. Desde allí, las relaciones por propias ausencias, el pensamiento egoísta e interesado, falseado desde la suspicacia de la caridad, los interpretes se persiguen y se dañan. Viven un anhelo desenfrenado. Son siempre perdedores.
Esa enfermedad moral que transita la contemporánea modernidad, el egocentrismo obsesivo, es asestada de plano como un mazazo indigno en el corazón del espectador: El patetismo crudo, inerte y agridulce es el martillo.
El ego insano que necesita introducirse como un Parásito dentro de la personalidad del otro .
Asi, Lucas Olmedo, se arriesga con esta puesta que moviliza desde la angustia, pero nos paraliza con su negra comicidad.
Es destacable la paleta de colores pasteles que se utilizaron en el diseño de escenografía y vestuario, contrastando y elaborando un sentido desde la aleación de disímiles climas, la angustia y el verde marino.

Mariano Beitia

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